ENTENDIENTO LOS CARBOHIDRATOS PARTE 2
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Aparte de proveerte energía para mantener la intensidad en alto nivel durante los entrenamientos, los carbohidratos también afectan tus hormonas, especialmente la insulina. Los fanáticos de las dietas bajas en carbohidratos satanizaran a la insulina. Es un hecho, niveles altos de insulina crónicamente pueden llevar a la disminución de la oxidación de ácidos grasos y por supuesto, dirigirte por el camino de la ganancia de grasa corporal. Aquí es donde el conocimiento hará la diferencia, saber cómo y en qué momentos aumentar tus niveles de insulina te darán una gran ventaja.
La insulina incrementa la síntesis proteica y la construcción de tejido muscular, lo cual hasta donde sabemos son buenas cosas. Una de las maneras en que lo hace es incrementando el transporte de aminoácidos del flujo sanguíneo a los músculos. Al concluir con el entrenamiento de resistencia con sets pesados tu cuerpo se encuentra en un estado bastante interesante, el flujo de sangre a los músculos trabajados se incrementa entre 15-20 veces los niveles normales. De manera que si aumentan los niveles de insulina los nutrientes en tu flujo sanguíneo se inyectaran a los músculos que recién trabajaste mucho más rápido. Además, la insulina ayuda a mantener reducidos los niveles de cortisol.
La insulina y el cortisol tienen efectos contrarios en el cuerpo, la insulina es una hormona de almacenamiento; el cortisol es una hormona que descompone el tejido muscular, nada bueno. Dado que estas hormonas son contrarias, por lo general cuando una está en niveles altos la otra se mantiene en niveles reducidos.
Ahora que las cosas están un poco más claras, ya entiendes el por qué puedes consumir carbohidratos y en qué momentos hacerlo sin ganar grasa en el intento. Por supuesto la relación entre insulina, cortisol, otras hormonas y ganancia de músculo y pérdida de grasa no es tan sencilla, pero a grandes rasgos puedes hacerte una idea.
*la tasa de resintesis de ATP de la oxidación de grasa es inferior a la del glucógeno de manera que en esfuerzos de alta intensidad en cualquier punto son mejor manejados ante la presencia de glucógeno.
La insulina incrementa la síntesis proteica y la construcción de tejido muscular, lo cual hasta donde sabemos son buenas cosas. Una de las maneras en que lo hace es incrementando el transporte de aminoácidos del flujo sanguíneo a los músculos. Al concluir con el entrenamiento de resistencia con sets pesados tu cuerpo se encuentra en un estado bastante interesante, el flujo de sangre a los músculos trabajados se incrementa entre 15-20 veces los niveles normales. De manera que si aumentan los niveles de insulina los nutrientes en tu flujo sanguíneo se inyectaran a los músculos que recién trabajaste mucho más rápido. Además, la insulina ayuda a mantener reducidos los niveles de cortisol.
La insulina y el cortisol tienen efectos contrarios en el cuerpo, la insulina es una hormona de almacenamiento; el cortisol es una hormona que descompone el tejido muscular, nada bueno. Dado que estas hormonas son contrarias, por lo general cuando una está en niveles altos la otra se mantiene en niveles reducidos.
Ahora que las cosas están un poco más claras, ya entiendes el por qué puedes consumir carbohidratos y en qué momentos hacerlo sin ganar grasa en el intento. Por supuesto la relación entre insulina, cortisol, otras hormonas y ganancia de músculo y pérdida de grasa no es tan sencilla, pero a grandes rasgos puedes hacerte una idea.
*la tasa de resintesis de ATP de la oxidación de grasa es inferior a la del glucógeno de manera que en esfuerzos de alta intensidad en cualquier punto son mejor manejados ante la presencia de glucógeno.